Hace un par de siglos que viene recorriendo en el espíritu aventurero de generaciones la leyenda de Las Tres Tetillas. La leyenda cuenta que poco después que los españoles descubrieron las grandes vetas de oro en Choquecamata, registrándolas ante las autoridades locales, más al oriente una comunidad de Padres de La Compañía de Jesús encontraron ricos filones de oro en un lugar enclavado en la selva del norte Cochabambino. Por las características del lugar, habiendo tres picos consecutivos, es que denominaron a las minas "Las Tres Tetillas". Los Padres se dedicaron a explotarla con la ayuda de indios Yuracarés sin haber solicitado las concesiones de ley ante el Corregidor. La tradición oral dice que explotaron fabulosas riquezas hasta que se vieron obligados a dejar América por el decreto de expatriación del Rey de España a todos los Jesuitas.
Fue el indio Tomás Cuchallo, ex-dependiente de los Padres, quien dejó un derrotero y un mapa de las Tres Tetillas dibujado en un cuero de cabra. Fue este derrotero que llegó a manos de la familia Salamanca, dueños de una gran hacienda desde Tiquipaya hasta el otro lado de la cordillera llegando a Totolima, el cual motivó las primeras incursiones de exploración al lugar de la leyenda en la época de la colonia. Fueron muchos Cochabambinos y extranjeros quienes intentaron ubicar y llegar a las impenetrables selvas de Las Tres Tetillas. Uno de los exploradores más famosos que pasó cerca de la zona fue Alcides D'Orbigny, quien no se detuvo a buscar oro porque su misión era diferente, mas en sus relatos él dice dejar la búsqueda a otros afortunados. Otros viajeros, que talvez nunca llegaron, no dudaron en crear más mitos sobre el lugar, como que en el lugar existían plantas carnívoras gigantes, tigres y víboras que protegían el oro, o que quienes llegaban nunca regresaban.
Fue el grupo de Los Siete Machos quienes habiendo explorado Las Tres Tetillas dejaron sus inscripciones grabadas en piedras areniscas en los años 50 sin hacer mayor publicidad. Este hecho fue constatado, para su sorpresa, por el Grupo de Exploración Mosetenes quienes motivados por develar los secretos de Las Tres Tetillas viajaron por treinta cinco días por aquellas densas y exuberantes selvas (En el blog del grupo http://mosetenes.blogspot.com se puede apreciar más de esta expedición). Ellos pudieron volver, sin ser devorados por los tigres o las plantas carnívoras, habiendo llegado a ver de que la leyenda sí tiene algo de verdad: efectivamente existen los socavones de minería. Talvez no encontraron oro porque hay otra leyenda, con sus derroteros respectivos, que cuenta que los Jesuitas escondieron todas las riquezas explotadas en socavones y galerías subterráneas cerca del río Sacambaya. Los Siete Machos dejaron una nota que los Mosetenes encontraron medio siglo después que decía "Aquí no hay ni Mi... Ca...".
En todo caso el verdadero tesoro para el turismo y la cultura son estas historias enclavadas en la bella geografía Cochabambina.
Por: Rodrigo Arteaga T.
19 mayo 2010
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